Hace tiempo compré el libro del mago Darwin Ortiz “La Buena Magia” y me pareció espectacular. El libro ofrece todo tipo de conceptos teóricos muy útiles para los magos profesionales o para los que quieren serlo. Si bien el texto está orientado para quienes realizan magia de cerca, las ideas y nociones teóricas son aplicables a todo tipo de magia.
Hay mucho material para desmenuzar en sus más de 300 páginas, por eso voy a ir escribiendo varios posts sobre distintos capítulos que me resultaron más importantes.
En esta oportunidad vamos a hablar sobre lo que Darwin llama el Significado Sustantivo. ¿De que se trata esto? Tiene que ver con hacer que los efectos que realizamos sean algo más que pura demostración de destreza o sucesión de hechos imposibles. Implica dotar nuestras presentaciones de una temática y un hilo conductor que realmente importe a los espectadores y quede grabado en sus memorias. Darwin comienza el capítulo sobre Significado Sustantivo trayendo a colación frases típicas que la gente nos dice a los magos antes, durante o después de un show de magia. “¿Podés hacer desaparecer a mi mujer?”, “¿no podrías multiplicar este billete de $100?”. Miles de veces hemos escuchado este tipo de comentarios de parte de los espectadores. Lo que Darwin analiza detrás de estas frases aparentemente banales es que la gente inconcientemente está queriendo decir: “si es verdad que sos mago y tenés poderes ¿porqué no haces algo útil con eso?”. Muy cierto.
Ahora bien, para poder estar a la altura de las expectativas de nuestro público y vincular la magia con cosas que les generen interés, el mago americano recomienda varias temáticas que suelen funcionar muy bien en todo tipo de audiencias: los juegos de azar, las trampas, la percepción extrasensorial, el dinero, lo oculto, el sexo y las experiencias comunes. Es obvio que los temas no funcionan por sí solos, cada mago debe buscar la forma de presentarlos de forma creíble para que el público pueda adentrarse en la historia y el efecto.
El ejemplo del dinero es muy claro. La gente puede estar con la cabeza en cualquier parte durante un show, pero si se pide prestado un billete –uno de gran valor- todos te prestarán atención automáticamente. El dinero tiene una atracción especial que no se puede evitar y el público reacciona de forma muy potente frente a este estímulo.
Vamos a seguir comentando más capítulos sobre este libro. Si sos mago y todavía no lo leíste, hacélo, no te vas a arrepentir.
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